Historia Viva: Dolmen de Dombate


Continuamos con nuestra serie de reportajes ‘Historia Viva’ y hoy es el turno del que los expertos han denominado la “catedral del megalitismo gallego”: el Dolmen de Dombate. Un monumento que será, además, objeto de un simposio monográfico todos los miércoles del mes de septiembre.

Su historia se remonta al neolítico, pues los expertos sitúan las partes más antiguas de este túmulo en el año 4.000 a.C. Las excavaciones realizadas a finales de los 80 por el arqueólogo José María Bello arrojaron importantes datos hasta entonces desconocidos, como es el hecho de que existen dos monumentos superpuestos, y no uno como se creía hasta el momento. 

El dolmen de Dombate se compone de un gran túmulo de 24 metros de diámetro y 1’80 metros de altura, junto con el dolmen propiamente dicho. La cámara del monumento, de forma poligonal, se compone de siete grandes soportes y una gran cubierta de 3’8m x 2’60m. Un largo corredor orientado hacia el este de 4’10m de largo conecta la cámara con el exterior. Si algo distingue a este monumento megalítico es el gran tamaño de las losas que lo componen, en su mayoría procedentes de los montes que cierran la llanura de Borneiro en su parte occidental.

(Fotos de José María Bello)

Además del dolmen, se encontró bastante material en el subsuelo como cuentas de azabache, puntas de flecha de cuarzo, cerámicas campaniformes o de formas globulares y 20 idolitos antropomorfos situados estratégicamente señalando el umbral de entrada al monumento. Estas figuras, que imitaban la forma humana, parecían señalar el límite entre el mundo de los vivos y el espacio sacramental funerario.

También se encontraron motivos artísticos, como grabados en el interior de tres de las losas verticales de la cámara o pinturas con motivos geométricos y lineales que se distribuyen por la práctica totalidad del monumento funerario. Tras un exhaustivo estudio se concluyó que los materiales empleados para dichas pinturas fueron óxido de hierro para los tonos rojizos y carbón vegetal para los negros. La imprimación previa se realizó con caolín y manteca de vaca, lo que hace presuponer una mayor presencia de la ganadería en la zona de lo que en un principio se creía.

Ya en el siglo XIX literatos como Manuel Murguía o Eduardo Pondal hicieron referencia a este conjunto arqueológico en sus escritos, pero no fue hasta la década de los 70 cuando la Deputación Provincial da Coruña se hizo con el monumento mediante la adquisición de los terrenos. El monumento se mantuvo en un estado deplorable hasta que en 2009 se realizó la adjudicación definitiva de las obras para su musealización, para terminar, dos años más tarde, los trabajos de construcción de la cubierta que lo protege en la actualidad. 

(Foto: turismo.gal)

En la primera jornada del simposio monográfico que durante este mes de septiembre tendrá lugar en Borneiro, y del que participaron el arqueólogo José María Bello y el antropólogo Rafael Quintiá -entre otros- se debatieron cuestiones relativas a la preservación del monumento, puesta en duda en los últimos tiempos. Se han discutido propuestas como la creación de protocolos de actuación y de un plan de conservación preventivo que frenase los daños que la humedad del recinto está causando al megalito. Se ha concluido, además, que el volumen de visitantes que recibe el conjunto arqueológico resultan irrelevantes en su deterioro.

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